Wednesday, September 13, 2006

Concierto Chongo RImember para Kilowat, ¿Por qué?

Alguna gente me ha preguntado sobre Edgar Barraza y el porque hacerle conciertos de homenaje conmemorando su fallecimiento, he aqui la mejor explicación que he podido encontrar, la reseña sobe su vida publicad en el CD postumo con sus canciones y las dedicadas a él por sus amigos.
Conocimos a Edgar Barraza, o sea Kilowat, en una fiesta “underground” en el Rimac, nuestro barrio. Flaco como el solo, estaba acompañado del Black-Citrón. Había venido con sus discos de Kizz bajo el brazo. Se la pasó bailando casi toda la noche. Digo noche cuando los tonos empezaban y terminaban temprano. Ya sea por problemas de permisos o por los ca´richos o ineptitudes de los gobernantes de turno, que habían convertido a Lima en una ciudad aburrida y sin futuro. Esa noche, las luces rojas y los fluorescentes morados, clásicos en ese entonces, destacaban su afilada figura de ente las nipas y jóvenes que bailaban música que generalmente no se propalaba por las radios limeñas. Conversamos sobre música rock: Elvis, Berry, Vincent, Orbison, Beatles, Kinks, Who, el rock en castellano, léase argentino, el rock de los sesentas en Lima, Los Yorks, Los Saicos, de cantantes como Salvatore Adamo. Eran los días en que la música entraba por las orejas y no como ahora que entra por los ojos. Y no porque todo tiempo pasado fue mejor, sino que ahora hay tanto arribista, posero y tan poco talento. Incansable, Kilowat no dudó en unirse a una pequeña mancha que siempre iba a los conciertos locales a joder de una manera constructiva. Les fregábamos la existencia a los We All Together y los Frágil, a quienes presionábamos gritándoles que al menos canten en castellano, ya que lo único que hacía era copiar la música de extranjeros, cosa que le pareció muy divertida en el 79 al amigo Carlos Troncoso. El pensaba que había en ello algo de similitud con el punk. Mas bien, diría yo, que era única y sencillamente rockandroll. Y sobre todo esto el fanzine Rock del Sur hizo crónica de la actitud de los 70. Como buen bajopontino, Edgar era movedizo y pata de perro. También notable bailarín. Lleno de energía, parecía algo eléctrico. Precisamente un amigo común, José Rayo, más conocido como Papita, lo bautizó como Kilowat, que era una figura alegórica que simbolizaba a las empresas eléctricas de la época. También era un asiduo concurrente a Radio Victoria, pues allí conversábamos con el dj Guillermo Llerena, quien producía y conducía un programa radial llamado Musicalísimo. Uno de los pocos, sino el único que apoyaba el rock en castellano y la buena música. Un programa notable que significó muchísimo en la vida de muchos jóvenes. Compartimos discos, revistas y los recién salidos casetes (era el año 74).
Pero, Edgar no solo se conformó con ser aficionado o coleccionista de discos de rock. En el verano de 1980 formó un grupo de rock. En el estaban Carlos “Huevo” (luego estaría en Fuga y Zcuela Crrada) en el bajo, Toño Arias en batería, Toño Infantes en guitarra (ambos formarían Temporal) y Raúl Montañez en guitarra (luego integrante de Leuzemia, Zcuela Crrada, Voz Propia y Ataque Frontal) y por supuesto Kilowat en la voz. El grupo se llamó La Maquina del Rock, una referencia extraída de la recordada y buenísima revista argentina Pelo, y mucho antes que un homónimo programa de televisión de Canal 4. Después de algunas tocadas, principalmente en la peña en donde Kilo trabajaba, la banda se disolvió para dar luz a otros proyectos o para que el destino siguiera su curso. Por esa época escuchábamos discos muy diversos y novedosos, como los de Tequila o los Sex Pistols que nos jugaba Troncoso. También como el London Calling de los Clash, que me lo prestó Javier Raffo de Doble 9, cuando editaba el fanzine “Bemol”. El disco recién tenía dos meses de salido (80) y la lo había grabado media mancha.
Pero el tiempo pasaba. Edgar, ahora en su nuevo barrio Okla-Comas, como el le decía al distrito del cono norte, formó una nueva agrupación: Kola-Rock. Generalmente hacían covers del grupo español PVP, pero también cantaba muy bien Jhonny Huancayo, un tema que le había pasado Raúl Montañez. Por esos días colaboró con Roger Santiváñez y colaboró en algunos eventos realizados por la agrupación Kloaka. Recuerdo que hasta la revista Caretas lo reseño en el 83, pero de no muy buena manera. Los Kola-Rock, si no me equivoco, duraron hasta el 85. Pero por el 83 el Rock Subterráneo (bautizado así por las referencias que Leo Scoria hacía en una canción) estaba empezando. En esas puestas en escena del grupo Leuzemia, siempre Leo y Raúl llamaban a Kilowat para interpretar Demolición de Los Saicos. Eran los primeros conciertos de Leuzemia, los días de las presentaciones en La Taberna de Miraflores, la época del nacimiento de Narcosis, allá en el 84. El Kilo se hacía presente para hacer su especial interpretación del tema de Los Saicos. Fue así, hasta febrero del 85 en Rock en Río Rimac. También cabe mencionar el programa radial Encuentros, que conducía Luis Alberto Bruno Barnard en Radio Miraflores. En el cual Kilo fue un animador entusiasta. El periodista argentino puso los puntos sobre las íes al bautizar a los grupos de los 70 que no creaban nada como Rockopias, en un artículo que publicó en el diario El Comercio.
Por esos años (83 y 84) la agrupación AMUSI organizó varios conciertos en los que participaron Leuzemia, Oxido y Temporal. Recuerdo a la gente de rock que recién se instalaba en la avenida La Colmena al lado de la Universidad Villareal, tdos ellos amigos de Edgar, a tips como Davico, Carlos Axis y otros que e el 82 comenzaban a vender música rock que las empresas discográficas, anacrónicas como siempre, no editaban en el medio. Todo aficionado al rock terminaba en ese lugar, para compartir música, revistas y sueños.
El bajista Leo Scoria en una canción reseñó lo que vivió: “… Gentes desoladas que no habitan en un mundo de idiotas y de grandes fantasías, gentes que se arman sin pinturas en la cara y de cueros y cadenas hasta los pies, gentes dispersadas en suburbios y cloacas, prohibiciones, frustraciones y miseria sociedad, no adoran a un líder… gente subterránea, vida diferente. No creen en nadie, solo son rebeldes. Mira a tus costados, tombos en las calles, gente putrefacta, ciudad decadente!” (Rata Sucia, 1984). Toda una pléyade de amigos, conocidos, pateros, maletas, en fin. Del ámbito del rock o no, o del lado donde reina el mal, como dicen los Virus. Esos tiempos en que visitaban al Tío Cañandonga. O cuando se apoltronaban en el bar El Rincón de los Recuerdos, que luego se convertiría en Las Rejas, espacio donde se escenificaron los primeros espectáculos multimedia con el rock en Lima y mas tarde los famosos Lunes del Sapo, que organizaba el popular Piero Bustos. Por esos días Kilowat se hizo más conocido cuando comenzó a interpretar una vieja canción de la que se había enamorado hace muchos años, cuando Paco Olavarría, de Chosica, nos la hizo escuchar en los 70. Me refiero a El Oso, de Moris. Con la ayuda y arreglos de Raúl Montañez, el tema se rescató de la decada de los 60 de la escena rock argentina para nuestro alicaído medio.
¿Quién no se acuerda en Lima Centro de esa canción y rememora inmediatamente al Kilo? Creo, sin temor a equivocarme, que en el medio este tema fue conocido gracias al carismático Edgar. Al tiempo agregó otras interpretaciones a su repertorio, como Te Recuerdo Amanda, del talentoso chileno Víctor Jara. Lo demás es historia conocida. Durante su vida, al igual que con gente que conoció o compartió experiencias, Kilo nunca se rindió. La soledad, los temores, la precariedad, la mediocridad, no fueron cómplices ni tentación para vender su alma. Será que uno nace así. Para o para al, Edgar Barraza fue un hombre honrado y por eso murió pobre. Tal vez por su modo de vida es que al final se fue a tierras distantes. A un lejano puerto, allá en La Plata, en Buenos Aires. Así, en Enero del 2001, Kilowat se fue para dejar su corazón, como dice la canción, en un lejano puerto y muerto aún viajar, dizque, por la eternidad.

Peter Punk

PD: Sirva este trabajo de homenaje a Edgar Barraza, también como recordatorio a otros mutuos amigos que ya no están con nosotros. A Antonio Infantes (Hombre Par), Pepe Chávez (Loco Marijuana), José Rayo (Papita), Carlos Oliva (Loco Pacho) y Santiago Alonso, amigos de siempre.

7 comments:

Anonymous said...

Un gran homenaje, no solo con el corazón pero con el conocimiento.
Gracias de mi parte y también de amigos que lo conocieron, me refiero a los editores de Sótano Beat y al Arturillo, uno de sus mas entusiastas fans.
Desde Berlin, estoy haciendo un Blog de música y temas 60s, echale una ojeada y ojala les guste: http://vinylhead.squarespace.com

Anonymous said...

hola...en ese concierto homenaje toco el grupo "luxuria", ¿sabes donde puedo contactarlos para hacer un concierto con ellos???

Anonymous said...

donde puedo encontrar
el disco de edgard kilowatt o publiquenlo donde se puede descargar

Anonymous said...

Hice un video del Plebeyo interpretado por Edgar Barraza "Kilowat". Espero les guste.
http://www.youtube.com/watch?v=3leciBvO8zk

Anonymous said...

Ke ilustrativo mi hermano...gran homenaje al gran kilowat

Anonymous said...

hola ricardo saludos molly

Cyberjuan said...

Kilowatt, Montaña, el hombre par.. esa mi gente del rico Rímac.