Mi amigo Raúl tiene familiares en Chincha Alta, una de las zonas que sufrieron las consecuencias del terremoto del pasado 15 de Agosto, lo aquí descrito es parte de los sucesos que no han llegado a ser cubiertos por lo medios de comunicación. La organización, la solidaridad, el espíritu de cooperación, la autogestión y la ayuda mutua se ponen de manifiesto hasta hoy en medio de los encuentros y desacuerdos de los diferentes actores e implicados de este desastre tan penoso.
El texto a continuación posteado es reproducido aquí con permiso de su autor.
Fin de semana en Chincha Alta - Luego del Terremoto
Luego del terremoto en el departamento de Ica, fui a visitar a mi tía Nelly en Chincha Alta, ha sido un fin de semana muy agitado por todas las consecuencias del sismo. La familia por suerte, se encuentran todos bien y el único daño material que lamentar es el muro de entrada de la casa. Sin embargo, la escasez de alimentos, la falta de energía eléctrica y la constante delincuencia que se ha generado desde el miércoles hace que se vivan momentos de constantes sobresaltos. Rogamos que las autoridades, fuerzas policiales y empresas vinculadas puedan restablecer el orden lo más pronto posible.
Llegué a las 7:15am del sábado 19 a Chincha Alta, por seguridad mis primas me acompañaron en un taxi particular hasta la casa, ubicada en la Urb. Bancarios. En casa me contaron su experiencia del terremoto y pude ver lo que quedaba del muro de la entrada. La casa prácticamente al descubierto. Felizmente era el único daño en la cuadra entera por lo que los vecinos se ayudaron todos unos a otros. El miércoles durmieron todos en el parque que está en la esquina de la casa y a la mañana siguiente se inició el recuento de daños. En casa, mi tía y mis primas trasladaron la mayoría de artefactos eléctricos y otras cosas de valor a casa de los vecinos pues ya habían escuchado que de la cárcel de Chincha habían fugado 658 presos y eso significaba saqueo a los hogares.
El jueves en la noche durmieron en la casa de enfrente mientras que los vecinos empezaban a organizarse para cuidar el vecindario con fierros y lo que encontraran a la mano; desde el sismo y hasta ese momento no había ni luz ni agua ni teléfonos. Empezaba a oscurecer a las 6pm y el nerviosismo era notable. Un patrullero pasó por la zona indicando que todos debían permanecer en sus casas, pues no se daban abasto para ayudar a todos pero a cada réplica todos salían a la calle, entonces era miedo al sismo adentro y miedo a la delincuencia afuera.
El viernes les contaron que los camiones que venían por la carretera eran saqueados por los delincuentes fugados quienes en grupo de 30 a 40 se apoderaban de todo a su paso. El centro de la ciudad era un caos, casi la mitad de Chincha Alta está en escombros, las calles aledañas a la plaza se encuentran prácticamente con la mayoría de las casas derrumbadas.
Cuando llegué nos encargamos de llevar más pertenencias a casa de los vecinos y de preparar grupos de alimentos y esconderlos en la casa así como preparar una posible mudanza inmediata. Con mi pirima Ivy fuimos al Hospital del Seguro preguntando dónde podría donarse sangre, el hospital, que estaba por caer en cualquier momento estaba casi desierto, no sólo por el peligro de derrumbe sino también por el saqueo que habían sufrido la noche anterior. No nos dieron mayores informes así que salimos del lugar, caminamos por las calles del centro donde la mayoría era sólo escombros y los vecinos nos contaban cuáles habían sido las reacciones de cada uno.
Al volver a casa los vecinos llamaban a reunión pues ya eran casi las 5pm y empezaba a oscurecer, la noche se notaba más temprano al no tener luz eléctrica; mientras que las mujeres y niños alistaban todo para protegerse del frío y entrar a las casas, los varones preparábamos mecheros y botellas molotov en caso de emergencia mayor, los demás distribuían a todos los vecinos en los 5 puntos de entrada de la urbanización. Esta acción la tomaba no sólo los vecinos de la zona, sino todo Chincha Alta, en todas las calles de la ciudad aparecieron barricadas a base de piedras, ramas, pedazos de concreto, mecheros y ladrillos. La policía, la última vez que pasó recalcó que no tenían el personal suficiente y que la ayuda llegaría más tarde, así que daban carta libre a los vecinos para que se organicen y defiendan sus propiedades.
6y30pm, todos los vecinos en sus puestos, la ventaja de la urbanización era que la mayoría tenía radio, que lamentablemente se cortaba con cada réplica, 5 minutos. Primero estuve acompañando a un guardia de seguridad que se había quedado solo en la casa de mi tía, contratado por un amigo de mi prima desde Lima, luego me llamaron para ayudar en el punto 4. En cada punto habíamos de 5 a 7 personas, al menos 2 ó 3 de ellas con armas automáticas y escopetas, los demás teníamos fierros, algunos machetes pero todos con linterna, a esa hora ya no se veía nada, encendimos los mecheros y pequeñas fogatas en el centro de la pista. Se había corrido el rumor de un toque de queda pero nadie lo confirmó, por lo que los vecinos de Chincha Alta decidieron declarar su propio toque de queda. "Quién está ahí?", - "Identifíquese", a cada sospechoso se le pedía documentos mientras que lo alumbrábamos con la linterna y si era completamente desconocido lo apuntaban con pistola y escopeta. Momentos muy tensos hasta que cerca de las 8y30pm se sintió un temblor fuerte, las radios se cortaron así como los celulares, no teníamos contacto, regresé un momento a la casa y todos habían salido por el movimiento, nos quedamos un rato juntos y luego volvimos a nuestros puestos, cerca de las 10pm llamaron del punto 3, "Tres tipos han entrado por nuestro punto, hemos metido bala al aire y han corrido en dirección al punto 2".
Inmediatamente dos de cada punto se dirigieron al punto 2, segundos después se escuchaban tiros, al mismo tiempo alumbrábamos con la linterna cualquier punto donde podrían aparecer más sombras sospechosas, los delincuentes no lograron entrar a la urbanización y minutos después un patrullero avisó que los habían ubicado dos urbanizaciones más atrás. Las horas pasaban y todo vehículo que se le permitía el pase era revisado minuciosamente, llegó la gente de Luz del Sur y a ellos también les pedimos credenciales, no se podía confiar en nadie lamentablemente. 2am, finalmente llegó la luz eléctrica en las calles y casas, excepto en la casa de mi tía porque el medidor estaba en la parede que se cayó. Minutos después, vecinos de la urbanización de al lado nos alcanzaron en el punto 4, "son cerca de 15!, se han acercado aquí a tres cuadras, los hemos ahuyentado con balazos al aire pero se han dado la vuelta corriendo, quieren entrar por allá" "Punto 1, 3 y 5, atentos!, son cerca de 15, llevan armas y linternas", esta vez sí los vieron directamente, balas al aire para amedrentar, para gritar "aquí estamos, no entrarán", corrieron del punto 1 al punto 3, luego al punto 5... los vecinos corrieron tras ellos sin salir de la urbanización, en medio de la balacera llegó el ejército, los delicuentes se dieron a la fuga y no entraron, un comando de 12 soldados los siguieron, los vecinos se reagruparon, así estuvimos hasta que volvió la calma finalmente. Cerca de las 4am regresamos a nuestras casas a descansar. Personalmente cansado, asustado y aliviado de que la noche terminara sin nada que lamentar.
Esto no sólo sucedió en Bancarios, en todo Chincha Alta el pueblo se había organizado de tal forma que los saqueos sólo se dieron en pueblos jóvenes donde nada podíamos hacer para socorrer y donde la policía no se daba abasto. El ejército recién iba apareciendo, los víveres aún son escasos y los precios... 6 veces el valor normal.
Domingo a las 7:30am, llegó Carlos, mi hermano, con su esposa y dos parejas más de amigos de su trabajo. Trajeron víveres de parte de ellos y también víveres que los amigos de universidad de Ivy habían reunido para la familia y los más afectados. Además trajeron 300 desayunos para niños, el problema era dónde repartirlos, lo normal hubiera sido ir a la Municipalidad, Iglesia o Cruz Roja más cercano pero tal era la desorganización del municipio que hasta hoy no se empieza a destinar la ayuda. Sabíamos que la zona de Sunampe estaba prácticamente en ruinas así que nos dirigimos hacia allá.
En la plaza de Sunampe la iglesia estaba en peligro de derrumbe por lo que la misa se estaba celebrando al frente, el cura en una silla al lado, otra silla con una señora confesándose, alrededor los fieles esperando a que empiece la misa. Nos acercamos a una monjita y le explicamos nuestras intenciones, ella nos comentó que felizmente habían llegado temprano unas provisiones para el pueblo pero que podíamos ayudar mejor en un pueblo cercano llamado Cinco Esquinas, ahí no había llegado nada aún desde el terremoto. Buscamos en la comisaría al capitán para que nos oriente y el nos comunicó con el señor Muñampe, ex gobernador de la zona quien se conocía toda la zona y que nos acompañó al poblado de Cinco Esquinas, el primer AAHH que visitamos fue San Martin, mientras llegábamos en los dos autos los niños nos observaban así que avisamos a todos "Desayuno para niños en la siguiente esquina!", cuando cuadramos los autos todos los niños vinieron a nuestro encuentro y formamos dos filas para repartirles su desayuno, leche chocolatada, 1 pan y un huevo duro, todos agradecían y se iban contentos, las señoras se nos acercaban "por fin se acuerdan de nosotros, vienen de la municipalidad?" - "No señora, somos familias de Lima que queremos ayudar" - "Pero de qué partido?, díganos señora", "Ningún partido, ninguna empresa, sólo familias de Lima con las mejores intenciones de ayudar al menos con los niños", nos llenaron de bendiciones y agradecimientos, qué mejor agradeciemiento que la alegría de los niños comiendo, logramos repartir el desayuno a los 200 niños de la zona y de ahí partimos a otro AAHH llamado Alfonso Ugarte, un pueblo mucho más chico y aún más pobre, los niños venían descalzos corriendo a recibir su desayuno, repartimos todo, incluso algo de ropa y frazadas que mis primas habían recolectado en casa. Finalmente regresamos a casa complacidos de haber servido de ayuda a los que realmente más necesitaban en ese momento. Sin embargo, poco antes de llegar a casa, escuchamos por la radio que en ese momento (menos de media hora después de despedirnos) 20 a 30 delincuentes empezaban a saquear Cinco Esquinas ¡¿Qué más le iban a quitar a esa gente??!!
Al llegar a casa reorganizamos los víveres recolectados y fuimos hacia el centro de la ciudad, repartimos agua y víveres en los barrios de Junín y otras calles aledañas donde sabíamos que aún no llegaba nada. Nuestra ayuda era mínima pero muy necesaria al menos hasta que llegara la ayuda general que repartiría el gobierno. Carlos y sus amigos regresaron a Lima mientras que Ivy, René y yo fuimos a buscar esteras para cubrir la entrada de la casa, luego de ver el costo del material optamos por iniciar mejor la construcción de la base de concreto así que con un ingeniero regresamos a la casa a hablar sobre el tema.
Al regresar nos encontramos a los vecinos en una reunión de emergencia pues habían atrapado a tres delincuentes que intentaron entrar a la urbanización. Una hora después me preparé para regresar a Lima, el Bus de Flores Hnos salió a las 3pm de Chincha, ligeros problemas de pasajes, la cola empezó cobrando 10 soles y los de más atrás pagamos 12 soles... llegué a Lima a las 8:15pm.
Al llegar llamé a Chincha, me comentaron que el ejército ya estaba presentándose más y que la luz eléctrica ya estaba volviendo más estable en toda la zona. Esperemos que todo siga por buen camino.
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